Los genes son las instrucciones completas de ADN para la construcción de una proteína. Cada gen está compuesto por grupos de tres nucleótidos llamados codones. Cada codón le indica a la célula que agregue un aminoácido particular a la proteína de ensamblaje.
Cada proteína está compuesta por un máximo de 20 aminoácidos posibles. Hay, sin embargo, 64 codones posibles. Esto significa que muchos aminoácidos tienen más de un codón que los representa, e incluso los genes individuales a veces requieren los mismos aminoácidos con diferentes codones. Solo dos aminoácidos, triptófano y metionina, están representados por un solo codón.
Las proteínas son absolutamente cruciales para todas las formas de vida y representan hasta el 50 por ciento del peso seco de una célula. Las proteínas son las moléculas que componen la mayor parte de la maquinaria celular. También forman la columna vertebral de las moléculas de ADN y ARN. Las proteínas son moléculas grandes y complejas que deben construirse con mucha precisión. Sus funciones dependen no solo de su secuencia química básica, sino también de cómo se pliegan, exponiendo u ocultando varias partes reactivas a sus entornos.
Una proteína está codificada no solo para actuar en su entorno, sino también para facilitar la unión y repulsión de varias partes de sí misma. Estas funciones específicas e intrincadas son la razón por la cual los genes son tan cruciales y las mutaciones pueden ser tan dañinas para un organismo.