Considerados como los "bloques de construcción" de los organismos vivos, las proteínas dirigen muchas de las funciones más básicas del organismo, desde el transporte de oxígeno hasta la construcción de tejidos y la replicación del ADN. Estas grandes moléculas se encuentran en todas las células del cuerpo humano.
La palabra proteína proviene de la palabra griega proteios que significa "ocupar el primer lugar". El mismo nombre indica su importancia para la vida. Ayudan a formar huesos y músculos y regulan cada función del cuerpo. También ayudan a combatir las enfermedades. Las proteínas se componen de cadenas de aminoácidos y vienen en varias formas. Algunas proteínas son estructurales, ayudando a mantener el cuerpo unido. Estas son las proteínas más grandes. La queratina, la miosina, la actina y el colágeno son ejemplos de proteínas estructurales. La queratina comprende piel, cabello y uñas en humanos y pieles, plumas, escamas y cuernos en animales. La actina y la miosina forman el tejido muscular. El colágeno comprende tejido conectivo. Otros tipos de proteínas tienen una función más reguladora, lo que ayuda a organizar los diversos procesos corporales. Por ejemplo, algunos regulan el metabolismo, mientras que otros regulan funciones como las contracciones musculares. Las proteínas también activan y desactivan los genes. Las proteínas constituyen más del 50 por ciento del peso corporal seco de una persona.