La característica principal que distingue el éster del éter es su estructura diferente. El compuesto conocido como éster posee un enlace carbono-carbonilo-oxígeno, mientras que el compuesto éter tiene un enlace carbono-oxígeno-carbono.
Típicamente, el éster es un derivado de los ácidos carboxílicos y el alcohol, mientras que el éter se considera un compuesto orgánico. Los ésteres ocurren naturalmente en la mayoría de los alimentos, especialmente en las frutas, y emiten diversos aromas que se usan comúnmente en fragancias, feromonas y aceites esenciales. Los ésteres también se originan de los aceites y grasas naturales.
Los éteres son menos polares que los ésteres. Debido a su volatilidad, los ésteres se pueden identificar mediante un procedimiento de laboratorio llamado cromatografía de gases. Los éteres son compuestos muy estables y tienen una reactividad química relativamente baja. Esta estabilidad se debe a la incapacidad del éter para reaccionar con metales activos, bases, agentes reductores, agentes oxidantes y ácidos diluidos. Los ésteres son más flexibles y tienen una baja polaridad. Estas características hacen que los ésteres sean más volátiles y menos rígidos.
En general, los ésteres se preparan en un laboratorio mediante un proceso llamado esterificación. Los ésteres también se pueden producir mediante la alcoholisis de cloruros de acilo y anhídridos de ácido. Los éteres se pueden sintetizar en un laboratorio usando varios métodos diferentes. La deshidratación de alcoholes y la síntesis de Williamson ether son dos métodos comunes utilizados para sintetizar éteres.