La diferencia entre un cambio químico y un cambio físico radica en cómo el cambio afecta a la composición de una sustancia. Un cambio químico ocurre a nivel molecular y produce una nueva sustancia. Sin embargo, un cambio físico reorganiza las moléculas y no produce una nueva sustancia.
Los cambios químicos ocurren durante las reacciones químicas, y estos cambios no son reversibles. Algunas de las reacciones químicas producen calor, mientras que otras requieren calor para que se produzcan. Cuando tiene lugar una reacción química, las moléculas se reorganizan y la reacción es seguida por un cambio en la energía a medida que se producen nuevos productos.
Los indicadores que muestran que ha ocurrido un cambio químico incluyen el cambio de color, olor, temperatura y composición. Otros signos incluyen la formación de gases o precipitación, cuando el calor se emite durante la reacción y cuando el cambio es imposible de revertir.
Los cambios físicos no alteran la composición química de una sustancia química. Un cambio físico, a diferencia de un cambio químico, es reversible. Por ejemplo, cuando la sal se disuelve en el agua, se puede recuperar dejando que el agua se evapore. Un cambio físico resulta en un cambio en las propiedades físicas. Algunos de estos cambios en las propiedades físicas incluyen cambios en la durabilidad, la forma del cristal, la textura, el tamaño y la forma.