El regulador químico más importante de la respiración en una persona sana es el dióxido de carbono. La respiración implica el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre el aire y la sangre de una persona. Cuando los receptores cerebrales perciben demasiado dióxido de carbono en la sangre, le indican al cuerpo que aumente la ventilación.
Los niveles de pH en la sangre están relacionados de manera inversa con la cantidad de dióxido de carbono en la sangre. Un aumento en el dióxido de carbono resulta en una disminución en los niveles de pH de la sangre, lo que hace que la persona aumente su tasa de ventilación.
Otro regulador químico importante de la respiración es el oxígeno. Cuando bajan los niveles de oxígeno en el cuerpo, los quimiorreceptores carotídeos y aórticos responden aumentando la ventilación