Mansa Musa fue el emperador de Mali cuando peregrinó a La Meca en 1324. Exhibió piedad y generosidad durante su viaje, y se ganó el respeto de las poblaciones locales en Egipto. p>
El séquito de Mansa Musa sorprendió a los europeos y los del Medio Oriente por su magnificencia. Según informes, trajo a 60.000 hombres, incluidos 12.000 esclavos, todos vestidos con seda persa y brocado. Tenía 500 esclavos que llevaban bastones de oro. Gastó tanto oro en El Cairo que causó una crisis económica, que aún se sintió 12 años después de su visita.
El mayor impacto del viaje de Mansa Musa fue en Mali, que se convirtió en una potencia religiosa y educativa basada en el gran número de personas excepcionales que Mansa Musa reclutó a su regreso. Instituyó mezquitas en Tombuctú y Gao. Durante su reinado, Tombuctú se convirtió en una importante parada comercial para las caravanas en la región, y en un centro educativo que se convirtió en una universidad donde la historia, la ley y la teología eran apoyadas por fondos reales. Su influencia en su gente fue inculcar el Islam en sus vidas, tanto que sus súbditos se educaron en asuntos religiosos y seculares. Su influencia hasta su muerte en 1332 fue un homenaje a la fortaleza de su fe.