La corteza terrestre se compone de varios minerales y elementos, entre ellos hierro, oxígeno, silicio, magnesio, azufre y níquel. Presentes en pequeñas cantidades son calcio, aluminio y varios otros elementos. La corteza es la porción más externa de la Tierra, que se compone de tres capas.
Justo debajo de la corteza terrestre está el manto. Tiene varios cientos de millas de profundidad y, como la corteza terrestre, contiene varios tipos de minerales. El magnesio y el hierro se encuentran en rocas de silicato en el manto. Los volcanes pueden originarse desde el manto, ya que el calor hace que las rocas de silicato se eleven. Al enfriarse, vuelven a hundirse en el núcleo. Esta acción hace que las placas tectónicas se muevan, empujando el manto a través de la corteza y causando un volcán.
La capa más interna de la Tierra se denomina núcleo. El núcleo tiene dos capas, un núcleo interno sólido y un núcleo externo más líquido. Ambas partes del núcleo interno tienen varios cientos de millas de espesor. El núcleo interno gira a una velocidad que es diferente del resto de la Tierra, generando el campo magnético de la Tierra. Las luces del norte y sur, conocidas como auroras, son el resultado de partículas cargadas que chocan con moléculas sobre los polos magnéticos de la Tierra.