Oubria Tronshaw, de GlobalPost, explica que una brecha generacional entre padres e hijos se desarrolla como resultado natural de las diferencias de edad entre ellos. La barrera de la comunicación crece cuando las generaciones no comparten intereses y valores comunes. Los padres y los niños crecen en diferentes entornos culturales, y si los padres no pueden interactuar con sus hijos en un idioma que les atraiga, las familias pueden fragmentarse lentamente.
La mayoría de los adultos están familiarizados con los niños que sienten que los padres son mucho mayores y desconocen la forma en que operan los niños y adolescentes. Si bien esto es una exageración, Tronshaw insta a los padres a reconocer que hay algo de verdad en la idea y los alienta a hacer un esfuerzo honesto para seguir participando en la vida de sus hijos. Es importante que los padres mantengan abiertas las líneas de comunicación con los niños para que los sentimientos de aislamiento y secreto no impregnen las relaciones familiares. Es especialmente importante para los padres de niños criados en la era digital educarse sobre la forma en que los niños interactúan y utilizan la tecnología.
Los padres corren el riesgo de alienar a sus hijos cuando analizan las diferencias entre la educación cultural de cada generación. Tronshaw recomienda que los padres mantengan una actitud flexible y fomenten un entorno familiar que acepte el cambio. Los hermanos a menudo maduran de manera diferente el uno del otro, y cada niño presenta su propio conjunto de desafíos a los padres. En estos casos, los padres deben estar dispuestos a adoptar diferentes enfoques y evitar imponer un estilo estricto e inmutable de autoridad.
