El discurso de "La arrogancia y la crueldad del poder", pronunciado por el Juez de la Corte Suprema Robert Jackson, presentó a la corte el caso de la fiscalía estadounidense contra los acusados que se enfrentaron a la acusación por crímenes de guerra relacionados con su papel en el gobierno alemán el partido nazi. El discurso fue la declaración de apertura ante el Tribunal Militar Internacional en Nuremberg el 21 de noviembre de 1945.
La intención del juez Jackson era enmarcar el caso como el enjuiciamiento de una conspiración contra las naciones civilizadas que los acusados sabían que conducirían a la guerra. En su discurso de apertura, Jackson instó a la corte a procesar a los acusados, no por sus propios delitos, a los que calificó de "mezquinos", sino como una advertencia a los futuros agresores de que la guerra en sí es un delito punible por el derecho internacional. En este discurso, y durante todo el juicio posterior, Jackson hizo un esfuerzo para enmarcar a la fiscalía como una respuesta civilizada a los crímenes tan atroz que el mundo no podría sobrevivir a su repetición.
El discurso de Jackson en Nuremberg fue breve, pero expresó los conceptos duales del nazismo como una vasta conspiración criminal para saquear y explotar una Europa derrotada y la culpa individual de los hombres en el muelle. La agresión nacionalista como un crimen en sí mismo era un concepto nuevo en ese momento, y el discurso de Jackson tenía la intención no solo de introducir el concepto, sino de convencer a la corte de su legitimidad.