Los balastos, como los que se utilizan en los sistemas de iluminación fluorescente, evitan el sobrecalentamiento al limitar la corriente eléctrica de la lámpara, según el Instituto Politécnico de Rensselaer. Sin un balasto, una lámpara ni siquiera podría encenderse.
Los balastos funcionan como inductores para provocar una reacción de equilibrio dentro de la lámpara, de acuerdo con HowStuffWorks. En los balastos magnéticos, que son el tipo más simple, el cable dentro del balasto se enrolla para amplificar el campo magnético generado cuando la electricidad viaja a través del cable. Esto regula la corriente eléctrica de una lámpara fluorescente. Otros diseños de balasto utilizan diferentes métodos para lograr la misma funcionalidad.
Cuando se enciende una lámpara que se basa en el gas, se basa en el balasto para evitar el sobrecalentamiento. La electricidad calienta los filamentos dentro de las bombillas, ionizando el gas. Cuando el gas se ioniza por primera vez, el pico de corriente eléctrica resultante causaría que la lámpara falle si el balasto no estuviera presente para limitarlo, como lo explica EngineersGarage.
El balasto también libera la energía que ha almacenado, causando una oleada que ayuda a configurar el arco eléctrico que corre a través del gas. En algunas lámparas fluorescentes nuevas, el balasto está diseñado para canalizar continuamente la electricidad, lo que hace posible que la lámpara se encienda rápidamente en lugar de requerir un tiempo de calentamiento.
