La cirugía de extracción de cálculos renales se llama ureteroscopia e implica a un cirujano que ingresa a la uretra a través de la vejiga para romper y extraer los cálculos con un láser y fórceps, explica WebMD. El tiempo de recuperación de una ureteroscopia es Normalmente no más de dos o tres días.
Durante una ureteroscopia, un cirujano generalmente no tiene que hacer ningún corte a través de la piel, sino que utiliza un ureteroscopio para localizar cálculos renales, según WebMD. Luego, el cirujano remueve cálculos renales más pequeños con fórceps. Sin embargo, las piedras más grandes no se pueden quitar de una sola pieza, por lo que el cirujano generalmente usa un láser para separarlas. El procedimiento es exitoso para la mayoría de los pacientes, y las posibles complicaciones incluyen dolor abdominal, lesión del uréter, infección del tracto urinario y sangrado. Por lo general, los pacientes van a casa desde el hospital con el mismo procedimiento, pero algunos pacientes pueden permanecer hasta 48 horas.
Después del procedimiento, es común sentir una sensación de ardor al orinar, informa WebMD. Los médicos recomiendan beber mucha agua para reducir la intensidad de la quema. Los pacientes también pueden notar sangre en la orina hasta tres días después de una ureteroscopia. Las personas con próstatas agrandadas o las que tienen antecedentes de cirugía abdominal pueden correr un mayor riesgo de complicaciones después de una ureteroscopia.