Una acción refleja se produce cuando el cuerpo responde a un estímulo sin la participación del cerebro. El batir los párpados y la rápida retirada de las manos de una superficie caliente son ejemplos de acciones reflejas. La contracción de las pupilas de los ojos cuando se exponen a la luz brillante es un ejemplo perfecto de una acción refleja.
Normalmente, el cerebro coordina una respuesta a cualquier estímulo a través de la médula espinal y el sistema nervioso central. En ciertas circunstancias, el cerebro se omite para una respuesta muy rápida. Una respuesta toma más tiempo cuando el cerebro, los nervios y la médula espinal están involucrados.
Todas las acciones reflejas ocurren muy rápidamente sin ningún pensamiento. La acción no es premeditada, y esto lo hace instantáneo. Las vías que causan una acción refleja se llaman arcos reflejos. Estos arcos consisten en un nervio sensorial, neuronas o células nerviosas y un nervio motor. Las neuronas son como vías sensoriales. Millones de neuronas están interconectadas para hacer un nervio. Las vías neuronales hacen posible que se produzca una acción de reflejo. Varios grupos musculares están involucrados en una acción refleja.
Las primeras acciones reflejas comienzan en el útero incluso antes del nacimiento. Los reflejos relacionados con el contacto físico, la succión y la deglución están listos para el momento del nacimiento.