La cromatografía se usa para separar sustancias de las muestras de la escena del crimen para identificar información sobre los materiales. Esta información puede ayudar a los investigadores a encontrar lo que utilizaron los delincuentes.
La cromatografía es particularmente útil en el análisis de materiales utilizados en bombas y explosivos. La cromatografía líquida de alta presión (HPLC) implica colocar muestras en un tubo y extraer los materiales utilizando presión hacia abajo. Se utiliza una máquina para detectar la velocidad a la que las partículas salen del tubo. Las medidas se utilizan para identificar los materiales porque dejan el tubo a diferentes velocidades.
La cromatografía también es útil para identificar a los perpetradores de robos a bancos. El dinero empaquetado en los bancos contiene de manera rutinaria una pequeña bomba de tinte que proyecta un tinte rojo brillante cuando se activa. Cada tinte tiene una composición química única, y la cromatografía se puede usar para determinar si hay un tinte rojo específico en la ropa de un sospechoso.