¿Cómo se puede revertir la pérdida ósea dental?

La pérdida ósea dental normalmente se trata con injertos óseos, regeneración tisular guiada o modificación de crestas, informa Intelligent Dental. Los métodos comunes de prevención incluyen suplementos de calcio, dejar de fumar y enfatizar la higiene oral.

Si la pérdida ósea se detecta en las primeras etapas, a veces es posible reducir o revertir la condición solo con cambios en el estilo de vida, incluso dejar de fumar y comer una dieta saludable. Estos cambios promueven una buena curación general, incluida la regeneración ósea.

La reversión natural de la pérdida ósea dental en el hogar no es posible, y la regeneración de tejidos debe realizarse bajo la supervisión de profesionales médicos, según Intelligent Dental. Un método común para revertir la pérdida ósea dental es a través del injerto óseo, utilizando un tejido óseo sintético o el propio hueso de un paciente para regenerar el tejido. La regeneración guiada de tejidos utiliza membranas biocompatibles para facilitar el crecimiento del hueso alrededor de los dientes y prevenir el crecimiento de otros tejidos. La modificación de la cresta requiere una incisión a través de las encías en el área de la pérdida ósea, agrega la Academia Americana de Periodoncia. Este bolsillo se llena con tejido óseo injertado.

La pérdida ósea dental se puede prevenir con una higiene dental adecuada, informa Intelligent Dental. El cepillado dos veces al día con la técnica adecuada y el uso de hilo dental antes de acostarse puede reducir la pérdida ósea debida a infecciones. El enjuague bucal con clorohexidina a veces se recomienda para tratar la enfermedad de las encías, pero esto puede manchar los dientes si se usa crónicamente. El calcio y la vitamina D son responsables de construir huesos y dientes fuertes. El calcio proporciona fuerza a estos tejidos, mientras que la vitamina D es necesaria para depositar calcio en los huesos. Una dieta baja en carbohidratos simples puede ayudar, ya que las rápidas fluctuaciones en el azúcar en la sangre se han relacionado con la enfermedad de las encías y la pérdida ósea.