Klebsiella pneumoniae se transmite a través de la exposición a la bacteria Klebsiella de una persona infectada, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. La exposición generalmente se produce a través del contacto entre personas o del medio ambiente. Contaminación en entornos sanitarios. La bacteria no se propaga a través del aire, sino que se transmite a través de dispositivos médicos, como ventiladores y catéteres intravenosos.
La diseminación de Klebsiella pneumoniae se puede detener mediante el estricto cumplimiento del lavado de manos y el uso de batas cuando se encuentra en presencia de una persona diagnosticada con Klebsiella pneumoniae, según los CDC. Las manos deben lavarse con mucha frecuencia, incluso antes de preparar o comer alimentos, después de usar el baño, antes de tocar los ojos, la nariz o la boca, antes y después de cambiar las vendas y después de toser o estornudar. Cuando se encuentre en un lugar público, como un hospital, las manos deben lavarse después de tocar barandas, mesas, perillas de las puertas, teléfonos o controles remotos.
Muchos tipos de bacterias Klebsiella se han vuelto resistentes a los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de la infección, según los CDC. Cuando se diagnostica una infección por Klebsiella pneumoniae, se usan pruebas de laboratorio para determinar qué antibióticos pueden tratar adecuadamente las bacterias y curar la infección. En personas sanas, el riesgo de contraer Klebsiella pneumoniae es bajo cuando se emplea un buen lavado de manos.