Las personas comunes en Roma se denominaban plebeyos. Eran la clase trabajadora en Roma y tenían muy poco poder individual, pero eran capaces de alcanzar cierto poder si se agrupaban con cuidado.
Los plebeyos siempre estuvieron en la línea del frente para abogar por un cambio en el gobierno romano. Tenían un consejo llamado la Asamblea Popular y los tribunos representaban los intereses del consejo en el senado. El trabajo principal de la Asamblea Popular era elegir magistrados para dirigir el Imperio Romano. Los tribunos eran funcionarios electos que tenían el poder de vetar las leyes. Esto los hizo muy poderosos en el gobierno romano.