Una economía mixta está compuesta por empresas privadas y de propiedad pública que están reguladas por organizaciones gubernamentales. En economías mixtas, como Estados Unidos, el gobierno es responsable de usar las leyes para controlar o disolver los monopolios comerciales.
Los gobiernos regulan las economías mixtas mediante la formulación de normas y regulaciones para proteger a los productores y consumidores en el mercado. La regulación también sirve como un medio para asegurar que las economías mixtas utilicen los recursos económicos de manera eficiente y asignen los recursos escasos de una manera científicamente responsable. Los gobiernos planifican los objetivos de producción necesarios en las industrias privadas al tiempo que protegen la defensa, los servicios públicos y las industrias pesadas. La desigualdad económica también se minimiza en una economía mixta porque los ingresos se redistribuyen a través de impuestos y subsidios gubernamentales.
Aunque el gobierno tiene jurisdicción sobre las actividades que tienen lugar en una economía mixta, la cantidad de control que tiene el gobierno es comparativamente menor que en una economía socialista, donde la mayor parte del mercado, si no la totalidad, está controlada por el Gobierno. Estas economías dependen en gran medida de los ingresos fiscales y es menos probable que se beneficien de las señales de precios o la disciplina impuestas por las fuerzas del mercado. Es por esta razón que los economistas afirman que las economías mixtas son más eficientes que las economías con una participación sustancial del gobierno.