La ubicación de Roma fue significativa porque le dio a los romanos acceso a las rutas comerciales. Además, Roma ocupa un lugar central en la península italiana, lo que facilitó la expansión, según HowStuffWorks.com.
Roma se estableció a lo largo del río Tíber. Está a unos 17 kilómetros al noreste de la desembocadura del río en el mar Tirreno. Al utilizar estos cursos de agua, los romanos podrían participar en el comercio marítimo. Además, una importante ruta comercial norte-sur recorría Roma, lo que permitía a los romanos realizar el comercio en la ciudad o transportar mercancías romanas a diferentes partes de Europa. La ubicación central de Roma en la península italiana hizo más fácil la conquista de la península. Una vez que Roma controló la península italiana, la ubicación central mediterránea de la península también facilitó la expansión del Imperio Romano.
