La expansión del Imperio Romano se basó tanto en el advenimiento de las carreteras como en el desarrollo de sistemas avanzados de agua. Roma también permitió que las personas a las que derrotaron en la guerra se gobernaran a sí mismas siempre y cuando permanecieran leales Roma.
El Imperio Romano pudo expandirse en gran parte de Europa debido a la tecnología superior de sus sistemas de construcción de carreteras. Caminos como el Appian Way en Italia ayudaron a Roma a alcanzar partes interiores de varios territorios. Además de la Armada Romana, que era esencial en la conquista, el desarrollo del transporte subterráneo por agua y los acueductos que se basaban en la tecnología griega, permitieron a Roma mover el agua. Los remanentes de los sistemas hídricos romanos todavía son evidentes en Francia. Roma desarrolló una confederación otorgando la ciudadanía a grupos de personas derrotados, como los de Taras.