Las sanguijuelas no son dañinas para los humanos. De hecho, son muy útiles. Las sanguijuelas no extraen suficiente sangre de un ser humano para causar ningún daño y se han utilizado durante miles de años en el campo médico por diversas razones, incluida su capacidad para ayudar a volver a unir partes del cuerpo.
Las sanguijuelas producen un agente anticoagulante que se transfiere a través de su saliva. Después de que una sanguijuela muerda a un humano, este agente evita que el sitio de la mordedura se coagule. La falta de coagulación permite que el sitio se desangre durante horas después de que se haya eliminado la sanguijuela. Esto permite que el oxígeno ingrese a la sangre a través de la herida, promoviendo el recrecimiento de las venas y la circulación sanguínea. Las sanguijuelas son de un valor incalculable en las cirugías de injerto y reinserción, que a menudo involucran pequeñas venas que no se pueden volver a unir con la mano. Se evita que las venas se coaguen al unir las sanguijuelas a un lugar de injerto o accesorio, lo que permite que las venas existentes se fusionen y que se generen nuevas venas.
Las sanguijuelas producen un anestésico natural que les permite morder sin causar dolor. Si bien las sanguijuelas en la superficie de la piel son inofensivas e incluso beneficiosas, nunca deben ser ingeridas. Los humanos deben ser cautelosos a su alrededor y asegurarse de no invadir las cavidades del cuerpo, como la nariz.