Las cinco necesidades básicas de todos los animales son la luz solar, el agua, el aire, los alimentos y el hábitat. La luz solar es la fuente fundamental de energía en la tierra. La energía solar ingresa a los ecosistemas vivos a través del proceso de fotosíntesis realizado por las plantas verdes y se transforma en energía química utilizable.
Todos los animales necesitan agua para regular varios procesos bioquímicos que ocurren en el cuerpo. En los humanos, el agua forma el 65 por ciento del peso corporal. El agua ayuda a mantener la temperatura del cuerpo y también ayuda a eliminar los productos excretores del cuerpo.
Los animales necesitan comida para sobrevivir. La energía obtenida de los alimentos se utiliza para llevar a cabo diversos procesos de soporte vital, como la respiración, la digestión y la excreción. Los requerimientos nutricionales toman varias formas. Los herbívoros comen plantas y los carnívoros comen carne.
El aire proporciona el oxígeno para sostener la vida. Sin oxígeno, la respiración no se llevaría a cabo, asegurando la muerte.
El hábitat es el entorno natural en el que viven los animales. Los animales viven en diferentes hábitats, y están adaptados para ese hábitat en particular. Por ejemplo, un oso polar está adaptado para vivir en condiciones árticas heladas, mientras que un tiburón ha evolucionado para vivir en un hábitat acuático. Un oso polar moriría en el calor si fuera sacado de su hábitat natural. Un tiburón tiene branquias que le permiten respirar en el agua, pero moriría si se lo extrajera del agua, su hábitat natural.