Las jirafas se comunican principalmente entre sí mediante sonidos y vibraciones infrasónicas, como los delfines y algunas ballenas. Aunque las jirafas están entre los mamíferos más altos del planeta, son algunas de las más silenciosas. Las jirafas rara vez emiten sonidos vocales, aunque ocasionalmente interactúan entre sí a través de gruñidos o gritos de silbidos agudos.
Aunque rara vez se escuchan, las jirafas intercambian comunicaciones con frecuencia gimiendo, roncando, produciendo sonidos de flauta y silbidos. Al igual que con los ruidos de otros organismos, los sonidos producidos por las jirafas indican emociones, expresan miedo y enojo, y advierten a otros miembros de la manada de un peligro inminente. Cuando están asustadas o asustadas, por ejemplo, las jirafas gruñen o resoplan. Al hacerlo, advierten a las jirafas cercanas de intrusos y depredadores. Las jirafas madres pueden silbar o hacer clic en sus terneros jóvenes, lo que se entiende como un signo de aliento. Las madres jirafas también pueden expresar pena o pánico por la pérdida de sus terneros al hacer gritos fuertes y repetitivos. Los terneros perdidos pueden luego devolver sus llamadas maullando o balbuceando. A veces, los machos de las jirafas producen sonidos de tos o pirateos para atraer a las hembras durante el apareamiento.
Aunque en gran parte son silenciosas, las jirafas hacen buen uso de su altura y visión para comunicarse. Mantienen contacto visual entre ellos cuando viajan, lo que les permite advertirse mutuamente de los depredadores.