Los cnidarios obtienen alimentos, en su mayoría animales de presa como crustáceos y peces, esperando pasivamente que pasen los animales y toquen sus tentáculos, con lo cual los envenenan y los llevan hacia sus bocas para ser digeridos. Una excepción importante a este patrón son los corales, que en cambio tienen una relación mutualista con las algas que generan alimento para ellos a través de la fotosíntesis. Los cnidarios obtienen alimentos muy pasivamente, pero también tienen bajos requerimientos de alimentos.
Los cnidarios son animales extremadamente simples con solo órganos simples y redes nerviosas básicas. A pesar de que la mayoría de las especies son depredadores, son puramente reactivas y no cazan presas activamente. Las medusas, como las medusas adultas, son organismos planctónicos que fluyen con las corrientes, lo que permite que sus tentáculos se encuentren presas por casualidad. Sus movimientos de natación, usando músculos débiles en las campanas sobre los tentáculos, sirven simplemente para mantenerlos en una profundidad óptima en el agua para su presa preferida.
Los pólipos, como las anémonas marinas adultas, no se desplazan, sino que se adhieren a las rocas, moviéndose poco o nada. Tienen un tallo del cuerpo debajo de sus tentáculos, pero por lo demás siguen la misma estrategia que las medusas. Ambos tipos utilizan células urticantes especiales, llamadas nematocistos, que son púas y venenosas, para atacar y matar a sus presas.