Las plantas proporcionan muchos beneficios tanto para los seres humanos como para los entornos y ecosistemas en los que existen. Estos beneficios incluyen la generación de oxígeno, el suministro de energía, el desarrollo como hábitats para ciertos tipos de animales, la preservación de las cualidades de los diferentes tipos de suelo y el suministro de varios productos útiles. Además de los alimentos y el oxígeno proporcionados, las plantas se utilizan para ayudar a fabricar muchos tipos diferentes de productos.
Según el Jardín Botánico de Missouri, las plantas pueden convertir la energía de la luz en alimentos. Esto los hace indispensables para una serie de ecosistemas en todo el mundo. Sin plantas, la cadena alimentaria no tendría uno de sus vínculos más fundamentales y necesarios. La energía en forma de alimento, incluso la carne, en última instancia proviene del sol y las plantas por extensión.
Además de crear alimentos, las plantas también producen oxígeno. Este es un subproducto de la etapa de desarrollo de alimentos, pero también es increíblemente importante para mantener la vida en el planeta.
Sin embargo, las plantas hacen más que solo proporcionar estas dos funciones necesarias. Muchos organismos encuentran refugio y hábitats en ciertos tipos de plantas. Por ejemplo, los árboles suelen albergar una gran variedad de aves, insectos y pequeños mamíferos. De esta manera, las plantas pueden proporcionar seguridad y protección a otros organismos. Las plantas también se pueden dividir en recursos útiles, como la madera, que se puede usar para construir edificios.