Una polea facilita el trabajo al redireccionar y amplificar la fuerza. Ayuda a invertir la dirección de la fuerza de elevación de un individuo. Cuando un usuario tira de una cuerda hacia abajo, la polea levanta el peso. Cuando se usan dos cuerdas y ruedas, una polea reduce el esfuerzo necesario para levantar un peso a la mitad.
Por ejemplo, si una persona quiere levantar un objeto que pesa 200 kilogramos, solo tiene que tirar hacia abajo con una fuerza equivalente a 100 kilogramos. Una polea con dos cuerdas y ruedas proporciona una ventaja mecánica de dos.
La medida de la cantidad por la que una polea multiplica la fuerza se denomina ventaja mecánica. Con una mayor ventaja mecánica, una persona requiere menos fuerza, pero la distancia para usar la fuerza aumenta. Al levantar un objeto de 1 metro de altura, una persona tiene que jalar la cuerda 2 metros. Al usar más ruedas y una cuerda más larga que se enrolla sobre ellas, la fuerza necesaria para elevar el peso en el aire se vuelve mucho menos.
Una polea que usa dos cuerdas para sostener un objeto se llama polea móvil, y una polea que usa solo una cuerda se llama polea fija. Levantar el objeto requiere la misma cantidad de fuerza para tirarlo hacia abajo. Sin embargo, cambia la dirección de la fuerza. De esta manera, los usuarios aprovechan su propio peso para aumentar el impulso, lo que facilita el trabajo.