¿Cómo fluye la energía a través de los sistemas vivos?

La energía en los organismos vivos fluye a través de reacciones químicas. Cada paso en la reacción química implica la conversión de un conjunto de sustancias, conocidas como reactivos, en productos específicos. Durante las reacciones químicas, la energía almacenada en enlaces químicos se transfiere a otros enlaces químicos de nueva creación.

Todos los organismos vivos requieren la captura, el almacenamiento y la utilización de energía para realizar las funciones de la vida. Estos procesos se logran a través de procesos químicos celulares. Las reacciones exotérmicas descargan energía, mientras que las reacciones endotérmicas toman energía para que ocurra una reacción. En las plantas, las reacciones químicas involucran el proceso mediante el cual las células vegetales convierten la energía solar en energía química que apoya el crecimiento de la planta y otros procesos. El dióxido de carbono se combina con azúcares simples para producir carbohidratos complejos en un proceso conocido como fotosíntesis.

La suma de las reacciones químicas celulares en los seres vivos se conoce como metabolismo y ocurre en dos fases. Las reacciones de catabolismo descomponen las moléculas en moléculas más simples. El anabolismo, por otro lado, construye moléculas más grandes. Generalmente, el catabolismo produce energía química, mientras que el anabolismo requiere energía química. Esencialmente, la energía química en todos los organismos vivos se almacena esencialmente en la forma de una molécula conocida como adenosina trifosfato. El ATP puede transformarse en di-fosfato de adenosina en un proceso que implica la pérdida de un grupo fosfato y la descarga de energía química almacenada. ADP se puede convertir de nuevo a ATP cuando una célula tiene energía excesiva.