Los monosacáridos son azúcares simples que se usan principalmente como una forma de energía para los organismos que los consumen. La glucosa, que está presente en muchos tipos diferentes de alimentos en todo el mundo, es el tipo más común de monosacáridos y se utiliza como fuente de energía para muchos animales, incluidos los humanos. Se pueden obtener de forma natural o mediante un proceso biológico conocido como hidrólisis realizada en glucósidos o polisacáridos.
Los monosacáridos son la forma más simple de carbohidratos. También se conocen como azúcares simples y, a menudo, se componen de una cadena de carbono y agua. La glucosa es el monosacárido más abundante, pero también existen otros azúcares simples comunes, como la fructosa y la galactosa, según Dictionary.com. La diferencia entre estos tipos de monosacáridos es la disposición de los átomos específicos en su fórmula molecular.
Los organismos pueden almacenar estos azúcares simples después de comerlos para usarlos como energía más adelante. Cuando en presencia de oxígeno, la glucosa y el resto de los monosacáridos pueden descomponerse en sus partes constituyentes. Esto libera energía, por lo que los monosacáridos se utilizan principalmente como fuente de energía. Las células pueden aprovechar esta energía para hacer el trabajo. Además, los monosacáridos se pueden usar para crear formas más complejas de carbohidratos como los polisacáridos.
