Hay dos formas principales de utilizar el ADN para resolver crímenes: el ADN recopilado de una escena del crimen se compara con el ADN de los posibles sospechosos, o el ADN recopilado de la escena se ejecuta en una base de datos con la esperanza de encontrar un partido. El uso de ADN es una parte integral de una investigación.
Recopilación de ADN
Las técnicas de recolección de ADN son muy exactas. Los investigadores deben usar guantes y herramientas especiales para evitar la evidencia de contaminación. Se toman pequeñas cantidades de ADN de las armas que se encuentran en la escena, los pomos de las puertas, las ventanas y otras superficies. Una vez recolectado, el ADN se envía a un laboratorio para su análisis.
Análisis de ADN
Se utilizan diferentes métodos para analizar el ADN, determinar su patrón y compararlo con el ADN de un sospechoso. El análisis de repetición en tándem corto (STR) se centra en la frecuencia con la que los pares de bases se repiten en una cadena particular de ADN. Cada persona tiene su propio número de STR en su composición genética. Usando esta información, los analistas pueden comparar los STR en el ADN encontrado en la escena con el ADN de un sospechoso para hacer una coincidencia.
ADN coincidente
Después de analizar los datos, el siguiente paso es confirmar la coincidencia. En general, el ADN se utiliza para incluir o excluir a un sospechoso. Si el perfil de la escena del crimen coincide con el perfil del sujeto, el sospechoso se incluye como una posible fuente de ADN. A partir de ahí, se realizan más pruebas para obtener una coincidencia exacta. En los casos en los que hay múltiples sospechosos, las coincidencias de ADN pueden construirse sobre la exclusión. Si se sospecha de cinco hombres en un crimen, y los perfiles de ADN no coinciden con cuatro de ellos, se excluyen como posibles perpetradores.