La teoría nebular de la formación del sistema solar sugiere que las estrellas y sus planetas se forman al enfriar las nubes interestelares de hidrógeno molecular. A medida que la nube se contrae, forma un disco de material denso que forma la estrella. A medida que se forma, la estrella arroja material que se une en planetas.
Si bien la teoría nebular no es la única teoría para la formación de estrellas y planetas, hay varias piezas de evidencia que la apoyan. El hecho de que los planetas en el sistema solar orbitan en la misma dirección sugiere orígenes comunes, tal vez del disco de acreción de una estrella joven. Además, el hecho de que los planetas interiores sean rocosos y los planetas externos sean gigantes gaseosos coincide con la teoría nebular, ya que los materiales más densos se encontrarían más cerca de la estrella en ciernes, mientras que los gases congelados más ligeros existirían en la periferia del disco.
La hipótesis nebular también explica la presencia del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Cuando Júpiter había pasado la "línea de escarcha" del sistema solar, se formó a partir de un denso disco de gas congelado, creando un planeta gigante. Su intensa gravedad fue suficiente para interrumpir los planetas que se forman cerca, desgarrando los planetesimales que se formaron entre él y Marte y creando un cinturón de asteroides relativamente denso entre las órbitas de los dos planetas.