Durante la Revolución Industrial, el capitalismo pasó de un sistema de producción feudal y agrícola a uno dominado por máquinas y equipos. La Revolución Industrial vio el repentino y agudo aumento de los sectores de fabricación, industrial y de producción de la economía, lo que facilitó un aumento en los ingresos económicos.
El sistema capitalista que comenzó durante la Revolución Industrial es uno de los métodos de producción más efectivos y eficientes de la historia humana. En las décadas y siglos posteriores a la Revolución industrial, los efectos de las herramientas, la maquinaria y la capacidad de aumentar el rendimiento y la eficiencia se han extendido por todo el mundo.
Antes de la Revolución industrial, la agricultura era la forma principal del capitalismo. Los pequeños mercados y las granjas fueron motores económicos. Estas formas de comercio eran ideales para apoyar y sostener a las pequeñas familias y comunidades, pero fue la introducción de herramientas y equipos sofisticados que permitieron a las naciones crear economías centrales vibrantes. Entre los desarrollos tecnológicos clave durante la Revolución Industrial estaba la capacidad de fabricar en masa artículos, como alimentos, ropa y refugio, que antes solo se producían en pequeñas escalas y se usaban para apoyar a familias individuales en lugar de proporcionar una fuente de ingresos. La expansión del capitalismo durante la Revolución Industrial también sembró las semillas para el comercio internacional y el comercio.