Las uñas delanteras de un perro, en particular las ramas de rocío que están unidas flojamente, son susceptibles de desgarros severos, grietas e incluso de remoción completa cuando se encuentran con obstáculos como vegetación o incluso alfombras. WebVet desglosa el tratamiento de una uña dañada o faltante en tres pasos: detener el sangrado, eliminar la parte dañada y proteger el área lesionada.
Las uñas rotas y arrancadas a menudo sangran profusamente. Si está disponible, un lápiz estíptico o un polvo cauterizante colocado en el extremo de la uña es la forma más efectiva de detener el sangrado. El almidón de maíz, la harina o una toalla de papel bien doblada presionada en el área herida durante al menos 10 minutos también son herramientas efectivas para detener el sangrado. Si el sangrado no se detiene, WebVet dice que vendar temporalmente la herida y visitar a un veterinario.
Las uñas rotas también deben recortarse por encima de la sección dañada para promover una curación adecuada. WebVet sugiere que un veterinario realice este paso ya que las uñas dañadas son extremadamente dolorosas y los perros a menudo son difíciles de controlar durante el procedimiento. Después del recorte, el pie se venda con una gasa para mantener el clavo dañado o el lecho ungueal limpio y protegido. Las uñas rotas o removidas necesitan un monitoreo regular, limpieza y vendajes frescos por unos días o hasta que estén completamente curadas para prevenir complicaciones e infecciones.