Las células fueron descubiertas en 1665 por Robert Hooke, cuyos hallazgos fueron publicados en el libro "Micrographia". El segundo científico en observar células fue Anton van Leeuwenhoek. En su trabajo, descubrió bacterias, así como células de esperma y óvulos, que refutaron la teoría de la generación espontánea. Hooke confirmó posteriormente los hallazgos de van Leeuwenhoek.
Hooke comenzó a trabajar en sus observaciones entre 1663 y 1664, una de las primeras personas en utilizar los microscopios recién inventados. Su primer descubrimiento microscópico ocurrió mientras estudiaba un trozo de corcho y observó, por primera vez, una sola unidad. Aunque Hooke acuñó la palabra célula para describir sus hallazgos y realizó años de investigación, no fue hasta mucho más tarde, en 1838, que se formuló una teoría científica que señala las propiedades de las células.