El médico Henry Beecher descubrió el efecto placebo durante la Segunda Guerra Mundial mientras trataba a los soldados estadounidenses heridos, según BrainFacts.org. Cuando Beecher se quedó sin morfina, utilizó una solución salina, pero continuó diciéndole a los soldados estaba usando morfina.
BrainFacts.org explica que de los soldados que recibieron la solución salina, el 40 por ciento informó que su dolor mejoró. A partir de 2014, los científicos aún no entienden exactamente cómo funcionan los placebos para aliviar el dolor y otros síntomas.
Los científicos saben que los placebos estimulan al cerebro a liberar sustancias naturales y que cambian la actividad cerebral para simular los efectos de tratamientos médicos reales. Los placebos toman muchas formas, incluyendo inyecciones, dispositivos, píldoras y procedimientos. Un médico puede incluso decirle a un paciente que su condición está mejorando para producir un efecto placebo.