Había una serie de empleos disponibles en la sociedad azteca, y las personas tenían acceso a ciertos tipos de trabajo dependiendo del grupo social en el que nacieron. El trabajo agrícola formó la base de la economía azteca, pero también había diversas ocupaciones de clase media como comerciante, artesano y soldado.
Las oportunidades de empleo para la clase pobre en la sociedad azteca consistían principalmente en la agricultura y la caza, así como formas menos lucrativas de artesanía, como la fabricación de armas.
Las personas de la clase media disfrutaron de la mayor diversidad de oportunidades de trabajo, desde pintores, trabajadores de la pluma, metalúrgicos y escultores, hasta abogados y comerciantes. Los sacerdotes eran considerados como una clase separada y se mantenían ocupados realizando diversas tareas, como analizar el movimiento de las estrellas y oficiar en ceremonias religiosas.
Los hombres de la clase media y baja tuvieron la oportunidad de ascender en su rango social al convertirse en guerreros, una profesión que trajo beneficios como los altos salarios y la tierra.
Los nobles aztecas eran principalmente administradores. Poseían la tierra y dirigían esclavos, sirvientes y pobres hombres libres en sus tareas agrícolas. También tomaron decisiones militares y lideraron soldados en tiempos de guerra. Naturalmente, la nobleza estaba a cargo del gobierno y era responsable de crear las leyes que gobernaban la sociedad azteca.