La celulosa es el componente estructural básico de las paredes celulares de las plantas y también se encuentra en la materia vegetal, el algodón y la madera. Aunque no es digerible por los humanos, sigue siendo una fuente importante de fibra. Los herbívoros consumen grandes cantidades de celulosa, generalmente con la ayuda de bacterias.
Las paredes celulares de las plantas aparecen como pequeñas cajas a las que se les da forma por dos sustancias químicas: celulosa y lignina. La celulosa es resistente y flexible con la lignina actuando como una especie de "pegamento" que mantiene la celulosa unida. Debido a la naturaleza del "equipo" de celulosa y lignina, las plantas pueden convertirse en árboles altos, hierba flexible o cualquier cosa entre ellas. La celulosa y sus derivados se encuentran en muchos productos manufacturados, desde papel hasta plásticos e incluso dinero.