Si bien la liposucción tiene algunos riesgos, es un procedimiento relativamente seguro, simple y con poco dolor a partir de 2015, según WebMD. La evolución de varias técnicas, incluida la liposucción tumescente y la liposucción asistida por ultrasonido. y la liposucción asistida por láser, forma una gran parte de la seguridad mejorada.
Las infecciones se encuentran entre los riesgos de salud más comunes después de la liposucción, según la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos. Los embolismos son un riesgo grave porque la grasa atrapada en los vasos sanguíneos puede llegar a los pulmones o al cerebro. Los antibióticos a veces se recetan para mitigar los riesgos de infección. La acumulación de sangre donde se extrae el tejido también puede causar problemas. Las perforaciones viscerales, la compresión nerviosa, la hinchazón y las quemaduras son riesgos adicionales.
La liposucción puede dejar a un paciente con piel suelta u otras irregularidades en el contorno, dice la Clínica Mayo. Cuando la piel es delgada o tiene poca elasticidad, puede verse ondulada, con bultos o marchita después de la liposucción. Esto también puede ocurrir debido a la eliminación desigual de grasa. Las herramientas que utiliza un cirujano para la liposucción pueden dañar la piel que la recubre y dejarla con manchas permanentes. El líquido puede acumularse debajo de la piel en los sitios afectados. Esto puede ser temporal, pero a veces un médico debe drenar el líquido con una aguja. Las posibilidades de complicaciones aumentan cuando un cirujano realiza una liposucción en un área más grande o cuando opera en varias áreas a la vez.
La liposucción es un tipo de cirugía en la que un médico utiliza la succión para eliminar la grasa de las áreas del cuerpo, explica la Clínica Mayo. Un cirujano puede eliminar pequeñas cantidades de grasa en su consultorio, pero las operaciones más grandes requieren un entorno hospitalario.