Para extraer los fibromas, un médico inserta un instrumento de observación iluminado en el útero, ya sea a través de la vagina en una histeroscopia o mediante incisiones pequeñas o grandes en el abdomen si se realiza un procedimiento de laparoscopia o laparotomía, informa WebMD. > Esta extirpación quirúrgica de los fibromas se llama miomectomía.
Una histeroscopia es un procedimiento ambulatorio que un cirujano realiza si los fibromas uterinos en la pared interna no han penetrado en la pared, explica WebMD. El procedimiento laparoscópico extrae uno o dos fibromas que crecen en el exterior del útero, siempre que no excedan las 2 pulgadas. La laparoscopia suele ser un procedimiento ambulatorio, pero puede requerir una hospitalización de un día. La laparotomía más invasiva requiere hospitalización hasta por cuatro días y un período de recuperación de hasta seis semanas. Los cirujanos reservan este procedimiento para la extirpación de múltiples fibromas, fibromas grandes o los que residen en lo profundo de la pared uterina, y también para reparar las afecciones intestinales o urinarias y minimizar el riesgo de daño a los órganos cercanos.
La miomectomía de un cierto tipo de fibroide, llamado fibroide submucoso, a menudo mejora la posibilidad de que una mujer quede embarazada, informa WebMD. Antes de la cirugía, el análogo de la hormona liberadora de gonadotropina, o GnRH-a, la terapia puede reducir los fibromas y reducir la pérdida de sangre durante el procedimiento. Las mujeres con fibromas sangrantes experimentan mejorías en la anemia porque la terapia con GnRH-a detiene el sangrado uterino. Mientras que la miomectomía reduce el sangrado y el dolor pélvico que causan los fibroides, los crecimientos regresan en 10 a 50 por ciento de las mujeres.