Un cérvix sano debe tener un aspecto liso y estar húmedo con una abertura cerrada que generalmente está cerrada, excepto durante el nacimiento y la menstruación, explica WebMD. El cérvix es un anillo de tejido formado por cartílago mide 1 pulgada de diámetro y conecta el útero y la vagina.
En algunos casos, un cérvix perfectamente sano puede tener quistes que no son cancerosos, afirma el Centro Nacional de Información Biotecnológica. Estos crecimientos son típicamente pequeños y varían de translúcido a un color amarillento. El tejido del epitelio que recubre el cuello uterino puede volverse rojo y tener una apariencia granulada o formar masas musculares firmes. Ambas cuestiones rara vez requieren un tratamiento especial. Sin embargo, los pólipos cervicales en el cuello uterino pueden ser cancerosos y deben ser monitoreados.
Un cuello uterino con lesiones azules, negras o rojas es un signo de endometriosis y un cuello uterino insalubre, según el Centro Nacional de Información Biotecnológica. Cuando un cuello uterino se enrojece e inflama, se produce cervicitis, que puede causar dolor y sangrado. Un cuello uterino infectado con herpes a menudo contiene lesiones llenas de líquido. Las mujeres con crecimientos o células anormales en el cuello uterino pueden ser tratadas con antibióticos, crioterapia, terapia con láser o quimioterapia, dice WebMD. La crioterapia es un procedimiento en el que las células anormales se congelan con una sonda de frío.