Los ejemplos de simbiosis en bosques caducifolios incluyen la relación entre el muérdago y los árboles, los zorros y los lobos y el liquen. Estas relaciones entre organismos se definen específicamente como, en orden, parásito, comensalista y mutualista.
Las relaciones simbióticas son interacciones entre especies en las que al menos uno se beneficia. En el primer ejemplo, el muérdago usa sus raíces para excavar en la corteza de los árboles y extraer nutrientes. Esto es perjudicial para el árbol, causando la muerte de las extremidades o del árbol mismo, lo que hace que el muérdago sea un parásito del árbol.
Los zorros no siempre cazan su propia comida; a menudo limpian los restos de muertes de otros depredadores, como los lobos. El zorro simplemente espera que los lobos y los osos se coman y se vayan antes de moverse en la carcasa. El lobo no se ve perjudicado por esta interacción y el zorro recibe una comida gratis, lo que hace que esta sea una relación comensalista.
El liquen es un crecimiento similar al musgo que aparece en las rocas y los árboles del bosque. A pesar de su apariencia simple, en realidad es una comunidad compleja de algas y hongos, cada uno incapaz de vivir sin el otro. Los hongos proporcionan filamentos estructurales y agua, mientras que las algas proporcionan alimento de la luz solar. Existe un argumento en las ciencias biológicas de que el término "simbiosis" debería estar restringido a estas relaciones mutualistas.