Un agujero negro naturalmente dura miles de millones y miles de millones de años, muchos más años que la edad actual del universo. La razón es que la única forma en que un agujero negro puede morir es a través de una forma de "evaporación", que ocurre partícula por partícula; este es un proceso inimaginablemente lento.
Esta forma de evaporación fue descubierta por el físico Stephen Hawking y se llama Hawking Radiation. Los agujeros negros tienen un horizonte de eventos, que es el área que determina si un objeto se quedará o no en el agujero negro. Si el objeto está dentro del horizonte de eventos, inevitablemente caerá en el agujero negro. Si está fuera del horizonte de eventos, puede permanecer donde está.
La física cuántica teoriza que una partícula y su antipartícula pueden aparecer espontáneamente. Cuando estas dos partículas se encuentran, se destruyen unas a otras, generalmente en un período de tiempo muy breve. Hawking determinó que si se crearan un par de pares de partículas cerca del horizonte de eventos de un agujero negro, existe la posibilidad de que la partícula de un par y la antipartícula del otro puedan escapar e interactuar entre sí, mientras que sus opuestos podrían ser aspirado en el agujero negro. Esta interacción crearía energía, que tendría que deducirse del agujero negro como masa porque la energía no se puede crear. Esto tendría que ocurrir muchas veces durante miles de millones de años hasta que el agujero negro simplemente se quede sin masa y se desvanezca.