El sistema esquelético funciona constantemente con el sistema muscular, y el sistema circulatorio, el sistema endocrino y el sistema tegumental también tienen interacciones con él. El sistema esquelético proporciona un soporte y protección vitales para todos los demás sistemas el cuerpo humano.
Los sistemas esquelético y muscular trabajan juntos para producir movimiento y mantener la postura. Los músculos se adhieren en varios puntos de los huesos y trabajan para cambiar la orientación de los huesos entre sí en las articulaciones. El estrés puesto en el sistema esquelético por el sistema muscular influye en su crecimiento y desarrollo. El ejercicio hace que el sistema esquelético se vuelva más denso y fuerte.
La médula interna de los huesos es fundamental para el sistema circulatorio, y las células de la médula generan tanto glóbulos rojos como blancos. El sistema endocrino produce hormonas que afectan la forma en que crecen los huesos. Las células óseas también producen hormonas por sí mismas; Los osteoclastos son células óseas que ayudan a regular el azúcar en la sangre y la deposición de grasa.
Los huesos dependen del sistema tegumentario, o piel, para la producción de vitamina D. La vitamina D es necesaria para que los huesos absorban el calcio. Sin la vitamina D, los huesos pueden perder calcio hasta que se vuelven suaves y quebradizos. La piel crea vitamina D durante la exposición a la luz solar.