Los tornados se forman cuando el aire inestable en una tormenta eléctrica crea una rotación horizontal en las nubes y las corrientes descendentes fuertes arrastran ese vórtice hacia el suelo. Los frentes superpuestos pueden provocar la cizalladura del viento necesaria para iniciar la rotación de un tornado, Es por eso que los meteorólogos emiten relojes cuando amenazan tormentas severas. Los tornados pueden formarse con muy poco aviso y son eventos meteorológicos particularmente impredecibles y peligrosos.
Cuando los frentes climáticos chocan, a veces las capas de aire cálido y frío se superponen en los límites. Esto puede crear fuertes corrientes ascendentes y descendentes, vientos impredecibles que transportan humedad y aire caliente a las distintas capas de la atmósfera. Las diferencias de temperatura entre estas capas ayudan a activar el movimiento del aire, configurando la rotación horizontal alta en una tormenta que puede transformarse en un tornado.
A menudo, la única advertencia de un tornado es un aumento repentino en la cizalladura del viento. Los meteorólogos utilizan los sistemas de radar Doppler para detectar esta cizalladura del viento, buscando firmas particulares que puedan indicar el comienzo de un tornado. El signo más común de la formación de un tornado es un "eco de gancho", un retorno de radar en forma de espiral que indica que las nubes están envueltas alrededor de un vórtice. En muchos casos, el Servicio Meteorológico Nacional anuncia una advertencia de tornado basada en uno de estos ecos antes de que alguien haya visto el tornado visualmente.