Varias organizaciones trabajan para salvar osos polares responsabilizando a las agencias federales y estatales bajo la Ley de Especies en Peligro de 1973, que ofrece protección legal a plantas y animales designados bajo el gobierno federal. Algunos grupos de defensa incluyen la Federación Nacional de Vida Silvestre, el Fondo Mundial para la Vida Silvestre y el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU.
Los osos polares se enfrentan a la extinción debido al calentamiento global, el desarrollo de la industria del petróleo y el gas y la caza ilegal o no declarada. Las prácticas de manejo de la tierra desarrollan, preservan, restauran y administran hábitats. Los propietarios privados celebran acuerdos para mantener los hábitats en sus propiedades por un período de años. Los grupos de defensa recaudan fondos a través de programas de donaciones mensuales o la venta de mercancías, como libros, revistas y ropa.
El World Wildlife Fund ofrece asesoría técnica a compañías de energía nacionales e internacionales para minimizar los derrames de petróleo que son fatales para los osos polares y para toda la cadena alimentaria. De acuerdo con su declaración de misión, el grupo de defensa se esfuerza por garantizar que cualquier desarrollo industrial sea sostenible. Mediante un esfuerzo de colaboración con la comunidad científica, especialistas en conservación y residentes locales, se oponen activamente al desarrollo de petróleo y gas en áreas ecológicas frágiles. Los cartógrafos de WWF en todo el Ártico preparan mapas de sensibilidad que alertan a los buques de mar a lugares ecológicamente frágiles para hacer más seguro el envío del Ártico.