Algunas adaptaciones de mariposas incluyen colorantes de alas que imitan los colorantes de especies tóxicas, membranas transparentes que permiten a las mariposas volar incluso después de que las escamas de sus alas hayan sido frotadas. Las mariposas también se mueven hacia áreas sombreadas cuando la temperatura está caliente.
Los colores de las alas y los patrones de las mariposas son una de sus adaptaciones más visibles. Algunas mariposas tienen patrones de alas que les permiten mezclarse con su entorno, mientras que otras tienen colorantes que hacen que los depredadores crean que son venenosas. Otras mariposas tienen patrones de alas que parecen ojos, lo que las hace parecer más grandes y más aterradoras para los enemigos.
Aunque a muchos niños se les dice que tocar las alas de una mariposa los arruina y hace imposible que la mariposa pueda volar, eso no es cierto. Las mariposas se han adaptado para tener una membrana transparente debajo de sus alas, y esto protege la integridad de sus alas.
A medida que las mariposas lidian con el aumento de la temperatura, muchas de ellas se adaptan buscando refugio en hábitats más fríos. Otros expanden su rango en áreas más frías o en altitudes más altas. Sin embargo, solo una pequeña porción de mariposas está realizando este ajuste. Los científicos en España han descubierto que por cada 1 grado Celsius de aumento de temperatura, aproximadamente el 1 por ciento de las mariposas se esconden en áreas más frías.
Las mariposas se adaptan relativamente rápido, lo que las convierte en un tema ideal para los estudios sobre la evolución. Los científicos examinan cómo las mariposas desarrollan diferentes preferencias de pareja y argumentan que esto conduce a adaptaciones que van mucho más allá de la variación de color.