La Carta del Atlántico, firmada en 1941 por el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill, contenía ocho promesas que cubrían los objetivos de guerra de los dos países y los planes para el mundo de la posguerra. Estas ocho promesas sirvieron como la base de la alianza antifascista que luego se expandiría a las Naciones Unidas.
Las ocho promesas de la Carta del Atlántico se pueden agrupar en tres categorías: territorio, comercio y paz duradera. Las partes acordaron no buscar nuevos territorios como resultado de la guerra y considerar los deseos de las personas involucradas en cualquier ajuste del territorio. Las partes también acordaron tomar decisiones territoriales teniendo en cuenta la autodeterminación.
Los acuerdos comerciales de la Carta eran en gran medida declaraciones de principios, ya que no podían aplicarse hasta después de la guerra. Los dos acuerdos en esta área eran que el mar debía permanecer abierto al comercio internacional y que la prosperidad económica de las personas de todo el mundo era importante para crear un mundo estable de posguerra.
Finalmente, la Carta obligó a sus signatarios a trabajar por el desarme de posguerra y el entendimiento internacional. La libertad frente al terror estatal y la pobreza artificial también se establecieron como objetivos para guiar la política de los Estados Unidos y el Reino Unido después de la derrota de las potencias del Eje.