En los seres humanos, el hígado se encuentra en el lado derecho del cuerpo, sobre los intestinos grueso y delgado, y debajo del diafragma y el corazón. Los dos riñones están ubicados a ambos lados del cuerpo, detrás de los intestinos y debajo del hígado.
Tanto el hígado como los riñones son órganos esenciales que se requieren para mantener la vida. El hígado es una glándula que purifica las toxinas del cuerpo y secreta la bilis para descomponer las grasas. Cuando se daña el hígado, se produce una coloración amarillenta de la piel y los ojos. Este estado de ictericia puede ser causado por una ingesta excesiva de alcohol o una infección con los virus de la hepatitis B o C. El hígado es uno de los pocos órganos que pueden regenerarse, aunque una vez que se alcanza un cierto umbral de daño, se necesita un trasplante de hígado.
Los riñones son órganos de filtración que excretan y reabsorben muchos nutrientes y minerales de la sangre y la orina. Cada riñón contiene miles de nefronas que contienen canales y transportadores para intercambiar micromoléculas de la orina a la sangre. El daño renal reduce la capacidad del cuerpo para excretar moléculas, como las moléculas de medicamentos. Ciertas dosis de medicamentos deben reducirse en pacientes con insuficiencia renal.