Una de las principales razones por las que la antigua Grecia cayó en Macedonia durante el siglo IV a. C. fue la planificación táctica superior empleada contra Grecia por el rey Felipe II de Macedonia. Además de reorganizar y fortalecer las fuerzas militares macedonias, el rey Felipe II confió en las estrategias diplomáticas, el soborno, el engaño y la información proporcionada por su servicio de inteligencia para obtener una ventaja significativa sobre las ciudades-estado griegas. Felipe II también era adepto a enfrentarse entre sí a sus enemigos, y se le ha acreditado la máxima militar "dividir y conquistar".
Los historiadores creen que los macedonios llegaron a verse a sí mismos como miembros de un territorio colectivo y unificado durante la época del rey Felipe II. Este sentido mucho mayor de identidad nacional puede haber contribuido a la capacidad del reino para derrotar a las muchas ciudades-estado griegas divididas ya menudo en conflicto.
La táctica militar del asalto de la falange, que emplea una formación rectangular de tropas avanzadas armadas con una larga lanza llamada "sarissa", fue desarrollada efectivamente por el rey Felipe II. Esto resultó ser un elemento decisivo en muchas de las victorias ganadas contra las ciudades-estado griegas. En general, el ejército macedonio había mejorado mucho en el momento en que se lanzaron los principales delitos contra los griegos. Las avanzadas técnicas de asedio del macedonio y su mayor maniobrabilidad les permitieron superar fácilmente las defensas griegas.