El adorno en la parte delantera de un barco pirata se conoce como una figura decorativa. Estas decoraciones surgieron durante los primeros días de la navegación, alrededor de 800 A.D., pero ganaron popularidad durante el siglo XVI.
El uso temprano de la figura fue variado entre las primeras civilizaciones marineras. Los vikingos usaron sus cabezas decorativas para intimidar a sus oponentes y alejar a los espíritus malignos, mientras que los antiguos fenicios usaban caballos para representar la velocidad. Finalmente, las figuras representativas representaron una manera para que una persona sin alfabetización identificara el barco y mostrara la riqueza y la prosperidad del propietario del barco. Su popularidad continuó creciendo hasta la invención del barco de vapor, que ya no incluía un bauprés, que es donde tradicionalmente se montaban las cabezas de las figuras.