The Oregon Agriculture in the Classroom Foundation informa que poca o ninguna parte de una vaca queda sin usar. Alrededor del 40 por ciento de una vaca típica se transforma en carne de res al por menor, y el 60 por ciento se clasifica como subproductos que se utilizan en una variedad de alimentos y artículos no comestibles.
Los músculos esqueléticos más tiernos y sabrosos de la vaca se convierten en asados, filetes y costillas de costillas. Los cortes de mala calidad y los restos de carne a menudo se combinan con los recortes de grasa para crear espasmos, hamburguesas y salchichas. La leche es el subproducto mejor reconocido del ganado. La mayoría de los órganos de una vaca son seguros para comer, incluyendo hígado, corazón, riñones, cerebro, tripas, páncreas, lengua y testículos. Los subproductos comestibles de la carne de res incluyen el caldo de res y la gelatina, y los cascos y los intestinos a menudo se utilizan en la fabricación de tripas para salchichas.
The Oregon Agriculture in the Classroom Foundation explica que incluso los subproductos no comestibles del ganado tienen un papel importante en la vida diaria de las personas. Los huesos y los cuernos se muelen para convertirse en alimento para animales y mascotas, y en artículos de lujo como la porcelana. Las pieles se transforman en una variedad de productos de cuero que van desde interiores de vehículos hasta zapatos de diseñador. Los restos de grasa sobrantes se prestan para su uso en productos de belleza, velas, pinturas, plásticos y detergentes. Incluso el cabello se usa como cerdas de brocha, aislamiento y pegamentos.