La mitosis, o división celular normal, y la deposición de materiales extracelulares son las formas en que crece un embrión. Sin embargo, en las primeras etapas de desarrollo, la célula sufre mitosis sin crecer. La célula ovalada es mucho más grande que las células corporales normales, por lo que puede dividirse muchas veces antes de crecer.
La mitosis temprana en el embrión se conoce como escisión, ya que la célula del huevo no crece antes de que comience. Si bien el huevo tiene su propio núcleo completo, las primeras etapas de la mitosis no están regidas por el propio código genético del embrión. En cambio, los mensajeros genéticos son creados por la madre y puestos en el huevo, y estos ayudan a determinar los patrones iniciales de la mitosis. Los propios genes del embrión no comienzan a asumir el proceso de división celular hasta que ya se han producido varias divisiones. Las divisiones celulares crean una organización de células que incluye capas y masas. En esta etapa, las células aún parecen muy similares externamente, pero sus estructuras internas ya están cambiando para cumplir con sus roles futuros. Eventualmente, estos forman los conceptos básicos de todos los sistemas del cuerpo, incluidos los sistemas nervioso, circulatorio y digestivo. Una vez que la base para estos sistemas ha sido creada por las células en división, el embrión comienza a crecer.